¿Qué es una anomalía o síndrome en un bebé?
Cuando esperamos un bebé fantaseamos con la idea de tener un bebé sano y precioso, aunque a veces tememos que nuestro bebé tenga alguna anomalía o enfermedad, o durante el seguimiento del embarazo nos dicen que nuestro bebé tiene alguna anomalía congénita.
Muchas de las anomalías son graves e incluso mortales, pero otras muchas son tratables inmediatamente después del nacimiento o incluso antes de ese momento en algunas de ellas.
Cuando nos dicen el nombre de la malformación o enfermedad con la que va a nacer nuestro hijo muchos de esos nombres empiezan por la palabra Síndrome.
En Medicina Síndrome es un conjunto de síntomas que identifican una enfermedad.
Hay una amplia variedad de Síndromes congénitos. Es muy importante conocer los factores de riesgo implicados en las principales anomalías congénitas y saber cómo prevenir las que se pueden prevenir. Lo cierto es que la mayoría de los niños que nacen con anomalías congénitas son hijos de padres sanos, no se sabe la causa por la que se han provocado.
Unas son anomalías estructurales: Que es la ausencia o formación incorrecta de determinadas partes del cuerpo.
Otras son anomalías metabólicas: Son problemas en la química corporal.
La anomalía estructural más frecuente son las Cardiopatías Congénitas, la Espina Bífida que es un cierre incompleto de la columna vertebral y del conducto raquídeo, y la Hipospadias que afecta a bebés del sexo masculino y consiste en que la salida de la uretra (orificio por donde la orina sale del pene) está situada de forma incorrecta.
Las anomalías metabólicas se dan en 1 de cada 3.500 bebés y suele deberse a la ausencia o formación incorrecta de una determinada enzima (proteína necesaria para procesar determinadas sustancias químicas en el cuerpo). Este tipo de anomalías suelen ser nocivas e incluso mortales y no suelen cursar con anomalías visibles en el niño. Una de estas anomalías es la Fenilcetonuria, que afecta a la forma en que el cuerpo procesa las proteínas.
Otro tipo de anomalías congénitas están provocadas por infecciones intrauterinas, bien porque la madre haya contraído determinadas infecciones antes del embarazo o durante el mismo. Estas infecciones son la Rubeola, la Toxoplasmosis, la Sífilis, el Citomegalovirus, la Varicela. No provocan anomalías en el 100 % de los bebés. Si la madre se infecta durante el primer trimestre del embarazo, la Rubeola es la que se asocia a mayor número de anomalías congénitas.
Otras causas de anomalías las produce el abuso de alcohol por parte de la madre durante el embarazo, también la incompatibilidad del factor Rh de la madre y el bebé.
Lo cierto es que aunque se pueden hacer muchas cosas para prevenir las anomalías congénitas, podemos tener un bebé con Anomalía Congénita sin que la mamá ni el papá del niño tengan antecedentes de Anomalías congénitas en sus respectivas familias e incluso habiendo tenido otros hijos completamente sanos.
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