El miedo como emoción natural es vital para el aprendizaje y supervivencia de cualquier ser humano, incluidos los niños y las niñas. Los adultos que guiamos a los y las peques debemos de intentar ayudar a que aprendan cómo afrontar el miedo, sin menospreciar ni ridiculizar el tipo de miedo que sientan nuestros hijos e hijas. El principal objetivo es que sepamos guiarles para que esos miedos no queden escondidos y para ello debemos de tener abierta siempre una vía de comunicación sincera y respetuosa con nuestros hijos.
A nuestros peques les puede ayudar saber que nosotros los adultos también tenemos miedo y en definitiva, que todo el mundo tiene miedo a alguna cosa, en función de la importancia que tenga para cada persona en particular.
Si no hablamos del miedo o lo reprimimos diciendo la típica frase de “No pasa nada, no tengas miedo…” lo que podemos conseguir es que el niño capte el mensaje de que no nos gusta que tenga miedo o incluso malinterprete desde su perspectiva y confunda la emoción.
En momentos donde el miedo acecha al peque lo que más le consolará es que le mostremos nuestro amor y nuestro consuelo, acercándonos para que sientan que estamos a su lado.
En función de la edad suelen aparecer unos tipos de miedo u otros. Por ejemplo mientras que el meido a los ruidos extraños y objetos que aparecen de repente es más típico en bebés de 0 a 12 meses, es a partir de los dos años cuando suele aparecer el miedo a la oscuridad o a las caídas.
Algunas herramientas para ayudarles a superar los miedos son dibujarlos, un muñeco atrapamiedos o cualquier idea que sirva para que el peque se sienta más seguro. Estos y otros consejos son los que explican desde la página Web de Edukame, en la que te puedes descargar varios ebooks de forma gratuita sólo por suscribirte.
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