Aprender jugando con nuestro pequeño cada día

Aprender jugando es uno de los mayores placeres que existen y de las mejores formas para que lo aprendido quede para siempre.

aprender niñosaprender y jugar

Esta máxima trato de seguirla lo más que puedo con mi hijo al que apenas le quedan tres semanas para cumplir un año. Desde que empezaba a gatear, tomé la costumbre de tirarme al suelo con él, que me viera a su nivel, que se fijara en que las cosas que él hacía su padre la repetía y, por otro lado, podía observar lo que hacía yo para tratar de imitarlo él.

aprender jugando

Solemos, además, ponerle “pruebas” que le inciten a hacer cosas nuevas y a afianzar cosas que ha empezado a aprender.

Por ejemplo, de entre las innumerables piezas de distintas formas y colores que tiene, tomamos una (indicamos su forma o su color o ambas cosas, con el fin de que se vaya familiarizando con estos conceptos) y se la lanzamos al otro lado del cuerpo para que vaya a por ella.

Muchas veces se queda quieto y no va (¡menudo es, si no ha sido él quién decide hacer algo, no se hace!) pero en ese momento me lanzo yo a por la pieza y suele ser suficiente para que “le pique el orgullo” o su irrefrenable deseo de competición y de superación y vaya también a disputarme la pieza.

aprender jugando con niños

Tenemos en el salón un parque de viaje (que nos ha sido y nos es de gran utilidad DE VEZ EN CUANDO para darnos una tregua y dejarle a solas; pero de vez en cuando, que un bebé tiene que moverse lo más que pueda) que tiene una “gatera” en un lateral que se abre mediante una cremallera. Pues, bien, lo último que estamos incitándole a hacer es que intente meterse él solo en el parque a través de la gatera. Y no es tan sencillo, tiene una cierta altura que le obliga a coordinar los brazos primero para meterlos en el parque, luego una pierna, subiendo la rodilla la altura suficiente para meter la otra pierna sólo cuando está perfectamente seguro el resto del cuerpo en el parque. Y salir tiene también su “aquél”. Debido a esa altura y que sale de cara, teníamos cierto miedo a que se diese un buen trastazo en la cara. Pero, siguiendo nuestras indicaciones, tiene especial cuidado en apoyar bien las manos, afianzar la salida y luego sacar el resto del cuerpo.

Todo esto con alguno de nosotros a su lado y, por supuesto, reforzando sus logros con un gran aplauso… que él siempre secunda.

Es maravilloso lo que aprende y lo que aprendemos nosotros con él.

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Acerca de Javier

Un Padre con la L
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