Hace poco, hablando con una amiga embarazada, me comentaba que en éste, su segundo embarazo, está padeciendo ciática. Esto me llevó a pensar en que, aunque hasta el momento no lo había incluido en uno de los problemas o reacciones del cuerpo durante el embarazo más comunes, lo cierto es que es más habitual de lo que a veces se piensa. De hecho, como indican los especialistas una de cada dos mujeres padecen esta dolencia durante el embarazo.
Sin embargo, en este post voy a centrarme en daros algunos consejos para ponerle freno a la ciática, buscar soluciones antes de que aparezca el dolor o para evitar que se intensifique.
En primer lugar, es fundamental que estés en forma, para ello, realiza algún tipo de ejercicio, mantente activa, olvídate del sedentarismo y, aunque también necesitarás momentos y ratos de reposo, excepto si te lo indica específicamente tu médico, lo mejor es que no pases mucho tiempo acostada o sin actividad. En cuanto a los ejercicios estarán centrados en aportar fuerza a la zona de la musculatura lumbar. También el yoga y el pilates se plantean como buenas opciones para mantenerte en forma.
Tendrás que controlar también las posturas, ya que, por ejemplo no se recomienda que estés mucho tiempo de pie, sin moverte. Será mejor que, aunque no tengas oportunidad de sentarte, te apoyes sobre alguna pared, o alguna mesa… así descansarás. Sin embargo, en el caso de que no encuentres ningún punto de apoyo, intenta moverte aunque no sea demasiado, varios pasos de un lado al otro o carga el peso sobre una pierna y luego sobre la otra…siempre alternando para no sobrecargar una zona.
Tendrás que tener precaución al agacharte. Para ello no dobles la cintura y menos aún con las piernas juntas y rectas. Por el contrario, flexiónalas y sepáralas e incluso si puedes, porque no sea demasiado grande el tamaño de la tripa, agáchate. Para incorporarte toma impulso desde una de las piernas, en la zona del muslo. A la hora de dormir también deberás controlar la postura y por supuesto, descansar lo necesario. Los especialistas recomiendan hacerlo sobre el lado izquierdo con una almohada entre las piernas.
Por supuesto no utilices ni mucho tacón ni zapatos muy bajos, que parezca que vayas descalza y, por otro lado, evita levantar peso y si lo haces, controla que la espalda esté recta o lo máximo posible mientras lo haces.
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