Las vacaciones con tus hijos, el momento idóneo para disfrutar.
Últimamente con mis amigos, hemos comentado en multitud de situaciones las diferencias que notamos entre nuestra infancia y la de los niños de hoy en día, así como la diferencia en el carácter.
A menudo, comentamos que de pequeños nosotros nos entreteníamos con cualquier cosa, que jugábamos más en la calle, y que sin embargo ahora los juguetes cada vez son más sofisticados, por no hablar de las tablet, ordenadores y videoconsolas de última generación…
Recuerdo que mis padres nos regalaron una cámara de fotos de carrete cuando teníamos 9 años, y era un privilegio, mientras que una cámara ahora para los niños, generalmente no es nada. Yo me pregunto muchas veces, el “por qué, no han pasado tantos años, y sin embargo,hay muchas diferencias”.
Una de las cosas que desde mi punto de vista ha cambiado es la creencia común de los
padres de que los niños tienen que tener de todo para ser felices. Lo cual puede ser un error en función de la interpretación que se haga del concepto de felicidad.
En mi opinión, y mi experiencia, obviamente es imprescindible que todos los niños tengan sus necesidades de alimentación, y afectivas cubiertas, sin embargo no lo es, cubrir las necesidades de los niños con objetos materiales.
De hecho, está demostrado que cuantos más objetos materiales tengan menos satisfechos se sienten, y más exigen. Porque el ser humano por naturaleza, siempre quiere más. Y con ese tipo de comportamiento, los padres enseñamos a los hijos a no conformarse con lo que tienen y a ser más exigentes.
Ante esto, algo que podéis intentar es premiar a los niños con juegos en familia, actividades al aire libre, días con los abuelos… Es normal, que durante el curso escolar os veías saturados para realizar actividades con los pequeños y más al aire libre por las condiciones climatológicas.
Sin embargo, ahora con las vacaciones, tenéis la oportunidad de poder cambiar la rutina de vuestros hijos y hacer que cada momento que pasen con vosotros sea especial y se sientan apoyados y comprendidos.
Por ejemplo algo que les encanta y que seguro estarán deseando hacer será bañanarse en la piscina con sus papis, o si aún no sabe nadar es un buen momento para que les enseñéis, también podéis enseñarles a montar en bici… ¿por qué dejar a otros que enseñen algo que podéis hacer vosotros?
Con ese tipo de actividades no sólo enseñáis una nueva actividad a vuestro pequeño, sino que conseguís fomentar la relación de apego con ellos, así como imponer vuestra figura como referencia de aprendizaje y apoyo ante las dificultades.
Animaos, y aprovechar las vacaciones para disfrutar con vuestros hijos que estoy segura de que para ellos será su mayor regalo, ¿O no lo era para vosotros? ¿Cuáles han sido vuestros momentos más felices, coinciden con grandes regalos materiales, o con días especiales en familia?
Seguro que muchos de vosotros cuando vuestros hijos hacen las cosas bien les premiáis con regalos materiales, que muchas veces seguro no sabréis ni que escoger. En ese caso, yo creo que es un momento ideal para cambiar el contenido de los regalos, y hacer que esos premios sean pasar tiempo en familia, al aire libre o con sus amigos.
Por otro lado, el otro día mi amiga Patri me comentaba que estaba agobiada buscando actividades para cubrir el tiempo libre de su hija, para que no se aburra.
En algunos estudios se ha demostrado, que el aburrimiento es una emoción necesaria que estimula la creatividad. A menudo, intentamos estructurar el tiempo de los hijos para no escuchar una de las frases más características de ellos cuando están de vacaciones que es “me aburro”.
Sin embargo, a pensar de la creencia general que tenemos sobre lo negativo de este tipo de frases, sería muy positivo que los niños tuvieran tiempo libre y se aburran, para que se les ocurra o piensen en qué hacer, porque sino aprenden a tener todo escrito, y cuando no les damos el plan diario les cuesta decidirse y se hacen más dependientes.
Cuando vuestros hijos os digan “me aburro”, sería un buen momento para que les preguntaseis “¿qué quieres hacer?, ¿Qué te gustaría hacer? Con esas preguntas conseguiréis que vuestros pequeños desarrollen su creatividad y fomentar así su autonomía.
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