Durante el parto, beneficios de poder elegir cómo parir

Por desgracia, la idea que tenía mi mujer sobre el día del parto no se pareció prácticamente en nada a la realidad. Pero fue porque parecía que el bebé reaccionaba mal a las contracciones (disminuía el ritmo cardiaco en lugar de aumentarlo) y eran obligadas ciertas intervenciones que hicieron inviable el imaginada proceso del parto.

diferentes posturas parto

Sin embargo, en muchas ocasiones durante el parto, es la mujer quién puede elegir cómo parir.

De hecho, esta posibilidad le dará una libertad mental a la futura mamá cuyas consecuencias en lo que ha de venir no pueden ser más que positivas.

Para empezar, y antes de hablar de posturas en sí mismas, conviene destacar que, si la posturas partomadre lo desea, caminar y moverse en los momentos previos al parto reduce hasta en una hora el tiempo total del mismo y reduce significativamente la necesidad de epidural. Los músculos de la madre se mantienen activos, calientes y, a la vez, con mayor capacidad de elongación por lo que el proceso de dilatación es mejor y no se necesitan tantas ayudas externas.

En cuanto a las posturas en el parto, por supuesto, seguimos contando con la tradicional, tumbada con las piernas abiertas y elevadas sobre el “potro” (tan desagradable y que tan malos recuerdos trae a las mujeres de sus visitas al ginecólogo) pero hay muchas más.

En países asiáticos, donde las mujeres en su vida diaria están más que acostumbradas a estar en cuclillas, se favorece el parto en esta posición en la que, casi literalmente, el bebé “se cae”. En esta posición la ayuda de la gravedad es máxima y como la flexibilidad de los músculos que entran en acción está entrenada (por su repetición en el día a día), oposición a la salida del pequeño es mínima.

Hay hospitales que tienen sillas especiales en forma de U para facilitarte la resistencia en la posición de cuclillas.

Ahora también las camillas se mueven de tal forma que la embarazada puede quedar sentada (por la inclinación de la camilla, colocándose en posición casi vertical) y con las piernas apoyadas en esos agarraderos que eran tan desagradables en posición tumbada pero que son tan útiles ahora para mantener la posición de sentada sin esfuerzo.

Incluso cabe la posibilidad de parir a cuatro patas, con las rodillas y las manos apoyadas. En esta postura se alivian sensiblemente los dolores de espalda.

Mi mujer acabó dando a luz tumbada sobre su costado izquierdo aunque, debido a la cantidad de epidural que la tuvieron que poner, tuve que ayudar yo y sujetarle la pierna derecha ya que ella era incapaz de enviarle órdenes para que se mantuviera elevada y permitiera la apertura del canal del parto.

Como veis, no sólo hay una forma de parir. Elegir cada uno la que mejor se adapte a su momento y a su forma de pensar es la libertad con la que contamos.

parto humanizado

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Un Padre con la L
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