En ocasiones nuestro o nuestra peque necesita mayor atención y apoyo para mejorar su lenguaje y su pronunciación.
Se conoce como dislalia el trastorno en la articulación de los fonemas que provoca la incapacidad de pronunciar de forma correcta algunos fonemos o grupos de ellos.
El trastorno del lenguaje
Este trastorno del lenguaje se conoce como receptivo cuando la dificultad estriba en la dificultad de entender mientras que se conoce como expresivo cuando la dificultad está en combinar palabras, en la existencia de un vocabulario limitado o en la inhabilidad de hablar de forma socialmente apropiada.
Lo habitual es acudir a un especialista donde se trabaja con el niño individualmente o en grupo haciendo terapias de articulación, actividades de intervención del lenguaje (terapeuta-niño) o terapia oral y motora mediante masaje facial o movimientos que ejerciten la lengua, los labios y la mandíbula (con el fin de fortalecer los músculos).
Si además de visitar al logopeda y a los especialistas que necesite, quieres obtener mayor información sobre ejercicios que faciliten el aprendizaje de distintos fonemas, no dejes de echarle un vistazo a esta página Web, que detalla con claridad distintas herramientas.
Algunos ejercicios de los que proponen en esta Web además, pueden realizarse jugando, como el de dar zarpazos como si fueras un gato mientras apoyas los dientes superiores en el labio inferior dejando escapar el aire para emitir el sonido “FFFF”.
Lo que es importante es que si haces en casa algún tipo de ejercicio sea mediante el juego ya que hacer pasar un mal momento al peque obligándole a hacer algo que no quiere no ayudará a mejorar la situación, sino más bien al contrario.
En este blog también tenéis material para trabajar la pronunciación de distintos fonemos mediante el juego, como el de imitar un burro “hiaaaaaaaaa hiaaaaaaaaaa” o un niño que se ha hecho daño “ay ay ayyy!” mientras nos miramos al espejo.
¿Jugamos?
