Conocí la historia de la maternidad de Elna de una forma un tanto peculiar. Al nacer mi hija (que disponía de más tiempo del que dispongo ahora) solía frecuentar por Internet los foros de crianza y en uno de ellos se pusieron en contacto conmigo para ver si podía contactar con la mujer que dio a luz el mismo día que yo en el mismo Hospital a una niña llamada Elna. El caso es que un grupo de madres estaba organizando una cita de diferentes bebés niñas a las que habían puesto ese nombre, en honor a la enfermera protestante en época de la Guerra Civil española, Elisabeth Eidenbenz.
Elna me parece un nombre precioso, pero Elisabeth Eidenbenz todavía más.
Nacida en Zurich en 1913 esta mujer de bello nombre y bello corazón se aventuró a viajar a España como maestra para cubrir el período vacacional y donde daría rienda suelta a su solidaridad en unos tiempos difíciles donde su meta sería ayudar a la gente que lo necesite.
En un municipio catalán del norte, esta mujer ayudará a muchas mujeres a parir y a cuidar de sus bebés, siendo los gritos de los niños y la alegría de la maternidad en las madres, su energía y los recuerdos más bellos de su memoria.
Lejos de entrar en disputas relacionadas con la política, Elisabeth siempre quiso ayudar, independientemente de su origen o religión.
Muchas veces se hizo la sueca ante los nombre falsos que ponían algunos padres y madres judíos para evitar a la Gestapo.
No sólo ayudó a los más pequeños, sino a mujeres y familias incluso ayudando a profesionalizar su situación para poder salir adelante.
Sinceramente, yo cada vez que leo sobre esta mujer, me emociono al pensar el gran corazón y fuerza que tenía esta mujer a pesar de su corta edad.
GRACIAS ELISABETH EIDENBENZ.
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