De repente un día tu pequeño empieza a quejarse de que le duele la boca y cuando empiezas a examinarle observas que tiene llagas o, también llamadas aftas, ya sea en las paredes de su boquita o bajo la lengua.
Normalmente la aparición de estas llagas se debe a infecciones virales o también a infecciones bacterianas.
En este último caso, suele deberse a que el pequeño no sigue las pautas de higiene que debiera para tener la boca limpia y sana. Sin embargo, el hecho de que sus defensas estén bajas también puede provocarlo. Asimismo, a veces, es resultado de la falta de alguna vitamina en su organismo, como la B12, así como de minerales como el hierro o quizás porque no tenga la cantidad necesaria en su organismo. De este modo, observamos que los motivos son variados y que deberá ser el médico el que determine la causa.
Aun así, ¿por qué no intentar evitar que aparezcan, tomando medidas de prevención? Sin duda, es la mejor opción ya que son dolorosas, molestas… y tu pequeño lo pasará mal.
En primer lugar para que su cuerpo esté fuerte deberá seguir una alimentación rica, variada y que le haga fuerte ante esas infecciones. Una dieta que le aporte todos los nutrientes, vitaminas y minerales necesarios, ya que puede que, si no es así, su cuerpo no esté preparado. Asimismo también deberá estar bien hidratado, controla que beba lo necesario, también es muy importante.
Por supuesto, estaremos pendientes de si el pequeño se lava los dientes o no, a cómo lo hace, con cuánta frecuencia… es fundamental que siga una rutina para que su boca esté libre de placa bacteriana.
Sin duda, si así ocurre, tendrá menos probabilidades de tener llagas o aftas. Para ello, enséñale a hacerlo para que se acostumbre a lavarse los dientes después de cada comida y a cómo hacerlo, por supuesto. Hay unos cepillos en el mercado que emiten un sonido o se enciende una luz en el momento que el pequeño comienza a lavarse los dientes y hasta que no cese no deben dejar de hacerlo. Y es que, con frecuencia, los niños quieren acelerar este lavado.
También, papás y mamás, deberéis enseñarles, conforme vaya creciendo, a que tenga hábitos, tales como no meterse las manos sucias en la boca, lavarse las manos al llegar a casa y antes de comer, por ejemplo… todo será de gran ayuda para prevenir.