La vida de un bebé, por pocos meses que tenga, supone una consecución de fenómenos. Unos más sorprendentes que otros y a medida que pasa el tiempo, las acciones sencillas de vuestros hijos se irán sofisticando y os sorprenderán con hechos más complejos, con relaciones que les supone haber pensado no en una sola cosa, la que puede originar el hecho simple, sino en varias y relacionarlas.
Un ejemplo claro es el lenguaje, en el que relaciona una palabra con un objeto concreto. Incluso con conceptos, como calor o frío. Aunque eso llegará más tarde porque mi niño sólo tiene dieciséis meses.
Sin embargo, él que ya ha dicho su primera palabra, “abua”, y que señala el biberón del agua cuando la dice, ya va demostrando que está adentrándose en el mundo común al de los adultos en el que hay que efectuar relaciones mentales entre varios conceptos.
Un ejemplo de estas relaciones lo venimos viendo desde hace varios meses.
Por las mañanas le suelo hacer yo el biberón. Su madre le entretiene con cualquier cosa nada más despertarse pero cuando él siente que ya está bien de entretenimiento y quiere comer, chasquea los labios (es su forma de decir que tiene hambre) y, mirándome fijamente, dirige su dedo índice a la puerta porque sabe que tengo que salir para prepararle el desayuno.
Otros ejemplos de relación mental los tenemos cuando se anticipa a ciertos movimientos de coreografía de canciones que ha escuchado repetidamente y ya tiene interiorizadas.
Pero es que lo que ha hecho esta mañana ha conseguido sorprenderme del todo.
Tiene un librito de plástico muy colorido y con dibujos de varios objetos: un sol, un castillo de arena, una sombrilla… y unas zapatillas.
Pues, bien, me señala las zapatillas, yo le pronuncio “zapatillas” para que vaya asimilando las palabras también y él, ni corto ni perezoso, levanta la pierna y se señala el pie, con lo que, claramente, sabe relacionar que las zapatillas (y no unas zapatillas reales sino las de un dibujo con lo que también relaciona objeto con su representación) van en los pies.
Es muy gratificante ver como supera niveles de desarrollo. ¡¡Y lo hace tan rápido!!
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