A apenas una semana de que cumpla trece meses, me gustaría pode dejarle a mi hijo un humilde regalo. Me hubiera gustado que alguien me contara lo que sucedió en el mundo el primer año de mi vida y por eso he pensado que puede ser un recuerdo prestado el que hacerle ahora para que sea él quien lo descubra con el tiempo.
Siempre he dicho que mi niño nació el día que el Atleti se clasificó directamente para Champions y mi desbordante e infatigable mentalidad colchonera me hizo pensar, por eso mismo, que éste era nuestro año. Estuve a dos minutos de estar acertado en el pronóstico…
Aunque vaya un poco desordenadamente, creo que debo empezar por el final ya que hoy ha abdicado el rey Juan Carlos I. Mi hijo conocerá a Felipe VI, otro colchonero de pro, todo sea dicho. O, quizás, llegará a conocer otro tipo de régimen político, quién sabe.
Este primer año de vida de mi hijo ha coincidido con el Papa, posiblemente (y sin “posiblemente”) más rompedor con lo tradicional y lo establecido de todos los tiempos, el Papa Francisco. También muy futbolero, dicho sea de paso.
Nos ha dejado gente importante. SI bien nos ha dejado a medias porque deja su impronta en las cosas históricas que hicieron: Mandela, a la cabeza de todos ellos, un ejemplo de superación y obstinación por un objetivo en libertad; Gabriel García Márquez, uno de mis escritores favoritos, un genio de la palabra; Luis Aragonés, un cascarrabias a quien todo el mundo que le conocía quería y que empezó a forjar la selección de fútbol ganadora que tenemos hoy.
¡¡¡No sé qué me pasa hoy pero no hacen más que salir personajes ligados al Atlético de Madrid!!!
No podía ser de otra forma porque, aunque no haya sido el año de la Champions, este primer año de mi hijo hemos visto ganar una liga, a pesar de los dos gigantes de siempre, a un equipo con mayúsculas que ha hecho de la entrega y la fe su bandera, tras dieciocho largos años de espera. Un ejemplo para la vida, sin duda.
Más allá del universo rojiblanco, en el mundo han pasado cosas. Se filtraron temas de espionaje desde Estados Unidos, incluso a sus aliados, pero también se crean células madre para clonación terapéutica por primera vez. No todo es malo.
Hay corrupción, sí, pero la gente ya no se calla y denuncia todo a través de las redes sociales, el nuevo y poderoso medio de difusión de la información (y que mi hijo dominará, seguro, en mucho menos tiempo que yo aprendí a escribir en un ordenador).
Han sucedido un sinfín de cosas en este año. Pero, sin duda, la mejor ha sido mi hijo. Nuestra vida ha cambiado con él, es verdad. Pero no recuerdo haber vivido jamás un cambio que me hubiera hecho tan feliz.
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