Emmi Pikler es la autora del libro ” Moverse en Libertad ” y fue doctora en pediatría en Budapest durante los años 1930.
Esta señora defendía que el bebé en su desarrollo motor necesita del apoyo y 
cariño de sus cuidadores y que sin la intervención del adulto puede llegar a adquirir un correcto desarrollo incluso más consciente y armonioso.
La pediatra Pikler aplicó sus estudios en el instituto Loczy donde sin forzar a los niños a establecer posturas como el sentarlos les proporcionaban libertad de movimiento dejándolos en la posición boca arriba e incluso sin ayudarles a levantarse cuando se caían.
Según Emmi el forzar al niño a establecer posturas puede ser contraproducente por obligar al sistema neuromuscular que está aún inmaduro y tener consecuencias incluso en la personalidad a más largo plazo.
Un bebé al que se le proporciona una posición tumbado boca arriba tiene más autoconocimiento de su cuerpo y aprende a coordinar mejor sus movimientos.
Las mantas de actividades son una buena opción porque mientras el niño está tumbado boca arriba puede jugar mientras va experimentando con su cuerpo los movimientos.
Con la intervención de los cuidadores el bebé tendremos un bebé dependiente ya que se acostumbrará a la necesidad de que alcancen los juguetes a los que quiere acceder mientras que si desde siempre ha sido consciente de los movimientos que necesitaba para conseguir sus objetos será él el que poco a poco vaya experimentado y aprendiendo nuevos movimientos.
Parece que Emmi defendía el “Slow is more” ya que despacito, respetando las etapas, sin prisas ni intervención del adulto el bebé es capaz de aprender movimientos más armoniosos y tomar conciencia de su propio cuerpo de forma natural.
En este vídeo podéis ver cómo el bebé es capaz de moverse de forma autónoma, a moverse en libertad, a cualquier rincón que se proponga y alcanzar los objetos y juguetes que tiene a su alcance y quiere conocer.
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