Son típicas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia, pero cada vez son más las ciudades en las que los escaparates de sus pastelerías se llenan de Monas de Pascua los días de Semana Santa. Dice la tradición que los padrinos deben regalárselas a sus ahijados para comerlas el lunes de Pascua junto con la longaniza.
Al principio la Mona tradicional era un bollo con huevos duros, uno por cada año del ahijado, pero poco a poco el chocolate se ha ido haciendo hueco y la mayoría de las monas están hechas de este dulce manjar, como estas espectaculares ovejas que este año han preparado en La Maison au Chocolat. Tienen una pinta… Hummm, ¡para chuparse los dedos!
Pero si queréis “pintar la mona”, no os quedéis con las ganas. Puede ser una actividad estupenda y muy divertida para tener entretenidos a los peques de la casa en estos días de vacaciones. Haceos con el Kit Pinta Monas de Xocoa. Viene con todo lo necesario para que los niños puedan decorar un huevo de Pascua. Dejad volar la imaginación de vuestros hijos, seguro que les hará muchísima ilusión comerse los huevos de Pascua que han decorado ellos mismos.