Ayer día 28 de mayo fue el día Nacional de la Nutrición, y para celebrarlo, Ordesa reunió a casi 200 papás y mamás y futuros papás y mamás en el Hotel de las Letras de Madrid y nos ofreció una clase magistral sobre Inteligencia y Crecimiento Infantil de mano de la Doctora Sánchez Mazcaraque, Psiquiatra Infantil del Hospital Gregorio Marañón. La charla fue realmente interesante.
Por eso quiero compartir con vosotros algunos de los puntos que más me han sorprendido o que más interesantes me han parecido:
Definición de inteligencia. Hay muchísimas definiciones, pero una de las que más le 
gusta a la psiquiatra es la que la define, más menos, como la capacidad de una persona a adaptarse al mundo, a la vida cotidiana, a todo lo que le rodea.
Algunos aspectos de la inteligencia. Atención, memoria, capacidad organizativa y de planificación de conductas, pensamiento abstracto, capacidad de aprendizaje, inteligencia emocional…
Estimulación. La inteligencia tiene base genética y sustrato biológico pero se puede ayudar a desarrollarla con la estimulación. Es decir, que cada niño tiene la inteligencia que hereda de sus padres, pero estos pueden ayudarle a desarrollarla más por medio de la estimulación.
Estimulación temprana. Sin embargo, hemos de tener cuidado con esto, porque en niños normales (sin afecciones a la inteligencia por problemas médicos, por ejemplo) no se ha demostrado que la sobreestimulación vaya a derivar en mayor inteligencia. Los programas de estimulación temprana a las que muchos papás llevan a sus hijos para que aprenda de todo desde pequeño se crearon en un principio para ayudar a la estimulación de niños enfermos. Por lo tanto, a un niño normal le basta y le sobra con los estímulos que recibe de su familia y su mundo cotidiano para desarrollar bien la inteligencia.
También hay que tener cuidado con la superespecialización en un área, porque puede ser en detrimento de la otra.
En los tres primeros años de vida de un bebé es muy importante estimularle, porque influye mucho en el desarrollo. Pero siempre hay que tener en cuenta que cada bebé es un mundo y por ello se desarrolla a su ritmo.
El bebé nace con el mismo número de neuronas que un adulto. Lo que cambia son las conexiones neuronales, que el bebé tiene más. Y funcionarán mejor si trabajamos los estímulos de manera reiterada, porque cada vez que un bebé usa uno de sus sentidos, se crea una conexión neuronal en su cerebro.
También es muy importante trabajar la plasticidad del cerebro, porque permite que el bebése adapte a lo que le rodea, a situaciones cambiantes.
Periodos críticos. En ellos el cerebro puede almacenar más información con mayor facilidad. Pero también perderla. Por eso hay que estimularlos en este momento.
Estimulación en el recién nacido. Durante los 3 primeros meses de vida de un bebé la estimulación debe estar basada en tocar, ver, oír y saborear. Pero lo más importante de todo es acariciarle, tocarle, estar en contacto con él y hablarle.
¿Sabías que a los dos días de nacer un bebé ya reconoce diferentes idiomas aunque aún no los entienda?
Incluso en el último trimestre del embarazo, el feto discrimina las voces de los hombres de la de las mujeres.
