El amor que existe entre una madre y un hijo todo lo puede, porque es el amor más puro y verdadero que existe en el planeta. No hay un amor más real que el que una madre siente por sus hijos, el vínculo afectivo es imprescindible para poder criar a los hijos con amor y es que los niños necesitan el amor casi como el respirar para poder sobrevivir.
Cuando hablo del amor de una madre, por supuesto también quiero mencionar el amor de un padre. Porque ambos amores son necesarios e imprescindibles para que un niño pueda disfrutar de un desarrollo afectivo – emocional sano y equilibrado.
En la vida no es importante el dinero, ni tampoco las cosas materiales, lo que un niño necesita para crecer feliz es de tu tiempo y de tu amor. Los niños que en su infancia lo tienen todo pero no reciben el amor que necesitan de sus padres, serán personas con mayores enfermedades, con trastornos de personalidad e incluso con problemas emocionales muy severos.
En cambio, aquellos niños que durante su infancia sus padres les dan todo su amor pero no dan tanta importancia al dinero y a lo material, son niños que tendrán una mejor calidad de vida y podrán alcanzar el éxito. Serán niños más felices, con mejor autoestima y concepto de sí mismos.
Además el amor también ayuda a que los niños aprendan más y mejor porque confiarán en sus capacidades y en sus cualidades.
Por si fuera poco, un niño o una niña que ha recibido una relación sana de ambos progenitores, que ha recibido todo el amor del mundo, que ha tenido una buena educación, que sus padres le han marcado normas y límites pero siendo flexibles y que además, le han apoyado y comprendido siempre en la vida (como guía en el camino y no como padres dictadores o autoritarios)… Gracias a todo esto, los niños podrán construir relaciones de pareja mucho más sanas, estables y sin vínculos tóxicos.
Todo lo que te diga es poco, porque el amor en la familia es lo imprescindible para poder tener felicidad, amor y dar y recibir todo lo que las personas necesitan para tener un buen desarrollo social y emocional.
¿Ya has abrazado hoy a tus hijos? ¿Les dices todo lo que les quieres cada día de tu vida? ¿Les das besos aunque te refunfuñen? Seguro que si sabes darles amor, todo eso… tendrá buenos frutos.
Si te ha gustado esta información, compártela través de tu Red Social Facebook, Twitter…