TDAH: Subtipos en función de los síntomas según DSM

Tipo Combinado: Para dar este diagnóstico deben satisfacerse tanto el criterio a1 como el a2 durante los últimos 6 meses, es decir que deben presentar síntomas tanto de falta de atención como de hiperactividad- impulsividad. La mayor parte de los casos de TDAH se engloban, según los estudios en este subtipo, encontrando mayor proporción de niños.

Tipo con predominio de déficit de Atención (TDA-H): En este caso se deben cumplir sólo los criterios de a1 (falta de atención) durante los últimos 6 meses. Por el contrario, la proporción, es mayor de niñas, y es más frecuente que esté relacionado con un rendimiento escolar más bajo.

Tipo con predominio hiperactivo- impulsivo (TDA+H): Por el contrario, en este caso debe satisfacer sólo el criterio a2, también durante los últimos 6 meses.

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad no especificado cuando no cumple todos los criterios mencionados anteriormente pero sí presenta síntomas tanto de falta de atención como de hiperactividad- impulsividad.

Claves para diferenciar el TDAH de otros trastornos

En cualquier caso, es necesario diferenciar el TDAH de otros trastornos por la relación que guardan entre ellos. En este caso, habría que diferenciarlo fundamentalmente de dos trastornos, el negativista desafiante y el trastorno disocial.

La diferencia principal con el trastorno negativista radica en que éste el niño/joven último manifiestan continuamente comportamientos hostiles y desafíos hacia compañeros y/o adultos, continuas manifestaciones de desobediencia, molestan deliberadamente a otros… El niño con TDAH, sin embargo, no busca continuamente romper las normas, desobedecer, sino que no realiza ciertas actividades que le suponen prestar atención. Pero no con la intención de desafiar o desobedecer, sino porque les suponen un esfuerzo de atención que son incapaces de hacer y está relacionado con un problema neurológico o cognitivo.

En el caso del trastorno disocial, este se caracteriza por una violación persistente de los derechos de otras personas (agresiones, etc) y las normas sociales (robos, mentiras, etc). No es frecuente que aparezcan ese tipo de conducta en los niños más pequeños, pero sí se ha demostrado que la hiperactividad infantil puede influir en el desarrollo de conducta antisocial en la adolescencia.

También habría que diferenciarlo de la conducta normal de los niños en función de su edad. Es decir, a medida que los niños se van haciendo mayores cada vez van controlando más sus comportamientos, y van haciendo actividades que les requieren más concentración, y atención. Sin embargo de pequeños, la necesidad de moverse, de corretear y de jugar es mucho mayor, por lo que habría que tener especial cuidado con no confundir esos comportamientos normales de la edad con TDAH. 

Como también habría que prestar especial atención, al ambiente, y no sólo tener esto en cuenta a la hora de pensar que nuestro hijo puede tener TDAH. Por ejemplo, no podríamos decir que nuestro hijo presenta un problema de hiperactividad por el mero hecho de que en el cole no se está quieto ni un momento. Habría que valorar, si es solo allí o también le pasa en otros ambientes en los que el pequeño se mueve, ya que a veces los ambientes poco estimulantes (o aburridos para ellos) propician que los niños busquen su propia estimulación. Y eso puede hacer que en determinados ambientes el niño no pare, sin embargo en otros, en los que esté entretenido el niño no se mueva.

 

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