Si hay un artículo de bebé necesario, o mejor dicho, imprescindible, es el babero. No sabes lo útil que llegará a ser y las veces que puede salvarte de recoger comida del suelo.
Pero no todo vale en materia de baberos: hay uno para cada etapa de crecimiento del niño. ¿Quieres comprobarlo?
El babero pequeño y sencillo para los primeros meses
Si alimentas a tu hijo con leche materna, directamente de su propio envase (la teta), quizá no sea necesario un babero. O sí. Hay mamás que lo utilizan para las comunes regurgitaciones de después de mamar. Otras prefieren optar por las gasas o las muselinas: poner un babero a un recién nacido es complicado.
Pero si toma biberón, el babero será tu aliado. Porque en (muchas) ocasiones la leche goteará fuera de la boca del niño y puede que su ropa acabe empapada.
Es el momento de usar baberos chiquitines, de algodón (el tejido de rizo se suele emplear mucho en este tipo de baberos), mejor si se abrochan con velcro en vez de disponer de un cordoncito.
Alimentación complementaria: opta por un babero más grande
A partir de los 6 meses, con la introducción de la alimentación complementaria, deberás sustituir los baberos pequeñitos por otros más grandes. Te seguirán sirviendo los normales de rizo o, si lo prefieres, introduce ya el plástico (mucho mejor para limpiarlo: basta un aclarado con agua después de su uso, aunque en verano dan más calor).
Si has optado por comenzar a darle sólidos a tu bebé en vez de purés (lo que se conoce como BLW), quizá el babero que mejor os irá será uno de plástico que tiene un pequeño bolsillo en su parte inferior, donde va cayendo toda la comida que no consigue entrar en la boca del niño. Y eso, amiga mía, es de vital importancia. A no ser que quieras pasarte una hora entera recogiendo trozos de carne, arroz, fruta o migas de pan. Porque todo se barre, sí, pero las marcas que dejan los restos de comida en el suelo solo salen con la fregona.
¿Comiendo solito? ¡Babero de plástico y con bolsillo!
Cuando ya comen solitos, el babero de plástico con bolsillos que comentaba antes será un imprescindible en la cocina o el salón. Fácil de lavar y muy cómodo para todos.
Y para casos extremos: el babero con mangas
Si tu hijo no solo come, sino que además le gusta experimentar con la comida a lo grande y hacer volar su imaginación, entonces no hay duda: ¡un babero con mangas! Y de plástico, para lavarlo fácilmente tras cada uso. Eso sí, este tipo de baberos no son aptos para el verano, o la criatura se achicharrará.
¿Qué tipos de baberos tenías? ¿Tus hijos se ensuciaban mucho con ellos?
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