Como os decía en un post anterior, tuve la suerte de poder asistir a la Jornada: Consejos y cuidados para tu bebé que el pasado 3 de julio organizaron El Mundo, YoDona y Sanofi Pasteur MSD.
Otra de las ponencias, muy interesante e instructiva, por cierto, fue la que sobre las 
vacunas dieron el Dr. Josep Lluis Arimany (Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Barcelona (UB), especialista en Pediatría del idcsalud Hospital General de Catalunya y experto en vacunas) y el Dr. José María Bayas, que es el Presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), con el título El beneficio de la inmunización desde edades tempranas: el valor de las vacunas.
Al principio nos hablaron un poco de la historia de las vacunas y de cómo surgió la 
primera, contra la viruela. Nos contaron cómo se han ido creando más y mejorando a lo largo del tiempo y cómo muchas de ellas han logrado eliminar diversas enfermedades que hace años asolaban la población provocando epidemias.
Y es que, como ya os conté en un post anterior, muchos de nosotros no damos a las vacunas la importancia que merecen. Según reconoce la Organización Mundial de la Salud, “hoy en día existen numerosos motivos para reconocer que la vacunación es la medida preventiva más eficaz de todos los tiempos. Exceptuando la potabilización del agua, no existe otro método con mayor impacto en la disminución de la mortalidad y en el crecimiento de la población.”
Además, los expertos coinciden en la necesidad de recordar que la ausencia de vacunación haría emerger enfermedades que actualmente están controladas, erradicadas o en vías de eliminación. Seguro que vosotros conocéis alguno de estos casos.
Pero, ¿por qué debemos vacunar a los niños?
- Los expertos dicen que hay cuatro razones importantes:La vacunación salva vidas. Los avances científicos actuales permiten proteger la salud de los iños frente a ciertas enfermedades. Algunas de las enfermedades que se previenen mediante vacunación fueron muy temidas hace pocos años. Por ejemplo, la poliomielitis en España causó 2.132 casos de parálisis permanente en el año 1959 y hasta 208 muertos en 1960, la gran mayoría de los afectados eran niños menores de 15 años.
Además, merece la pena recordar que antes de la introducción de los calendarios de vacunación en España, las enfermedades infecciosas eran la causa principal de mortalidad infantil y las epidemias eran frecuentes.
Por otro lado, recordar que la vacunación es un acto solidario, ya que cuando se alcanzan altas coberturas de vacunación frente a una enfermedad se 
produce una importante disminución en el número de personas infectadas debido a que los microorganismos encuentran muchas dificultades para pasar de unas personas a otras. Por el contrario, cuando la cobertura de vacunación disminuye, aumenta el número de personas susceptibles y el número de casos de la enfermedad vuelve a aumentar, como ha ocurrido en algunos países de Europa.
- Las vacunas son seguras y efectivas. Las vacunas sólo se utilizan en la población tras la evaluación muy exhaustiva por profesionales y organismos reguladores (como la Agencia Española del Medicamento) y siguiendo protocolos internacionalmente aprobados.
Su utilización puede causar molestias en el lugar de la inyección, como enrojecimiento y dolor local, pero son mínimas si se compara con los graves perjuicios que causan las enfermedades que previenen.
- Los brotes infecciosos suponen una amenaza importante. Gracias a la disponibilidad de programas de vacunación efectivos no se observan brotes de manera habitual, debido a qu e dichas enfermedades se evitan mediante vacunación.
Pero es importante no bajar la guardia en materia de prevención, ya que si lo hacemos representaríamos una amenaza que podría provocar brotes de extensión variable.
- La vacunación es una medida coste-efectiva. Una de las más coste-efectiva de la sanidad pública, de hecho, con grandes beneficios para la salud y el bienestar de la población.
Además de ahorrar en los costes de tratamiento de enfermedades, la vacunación tiene un impacto económico significativo al proteger de los efectos que las enfermedades tienen a largo plazo sobre el bienestar físico y metal de las personas. En otras palabras, la vacunación previene muertes y discapacidad y beneficia a las personas de manera individual y colectiva.
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