Son muchas las personas que se piensan que la creatividad es algo innato y que quien no nace con eso pues no puede serlo. Pero es importante que sepas que la creatividad es una habilidad que puede ser aprendida por lo que los padres pueden hacer muchas cosas para ayudar a sus hijos a desarrollar esta habilidad tan importante en la vida, ¡tú puedes hacerlo! Es importante que entienda que la creatividad no sólo es puntar, es una forma de ver las cosas es poder cambiar la perspectiva, es encontrar soluciones a los problemas.
Pero la creatividad se debe inculcar a los niños desde pequeños para que puedan ser personas de éxito. Hoy quiero darte algunos consejos para que puedas ayudar a tu hijo a desarrollar su creatividad y a que puedan ser más creativos desde hoy y para siempre. Porque una vez que se desarrolla es como ir en bicicleta… ¡nunca se olvida! Y siempre se potencia.
Déjales un espacio en casa para que creen
Es muy importante que los niños sepan que pueden crear siempre que quieran y para poder ayudarle a desarrollar su actividad es muy importante que le designes un espacio en casa para conseguirlo. No es necesario que conviertas todo su dormitorio o una habitación entera en una sala de juegos para la creatividad, ¡ni mucho menos! Con una simple caja en un rincón, o una mesa y una silla con bolsas de ropa vieja o piezas de lego… ¡será suficiente! Tendrás que conocer a tu hijo o hija y saber qué necesita para desarrollar su creatividad.
No pidas cantidad, céntrate en la calidad
Si realmente quieres que tu hijo desarrolle la creatividad tendrás que olvidarte en cuántos dibujos es capaz de hacer tu hijo en una hora. Es necesario que te centres en el cambio, en cómo hace lo que le gusta y sobre todo, es necesario aprender a divertiros juntos y disfrutar del tiempo haciendo lo que realmente gusta.
Deja que exprese sus opiniones
Tu hijo no tiene que estar de acuerdo en todo a lo que tú digas, es más, deben tener la oportunidad de poder expresar lo que sienten o lo que opinan. Es importante que como padre o madre escuches lo que tienen que decirte y les animes a que te digan siempre lo que piensan. Sé cortés y firme siempre, y ayúdales a encontrar las soluciones a sus problemas (ayudar no es darlo todo hecho).
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