Prácticamente todos sabemos que la cafeína no es recomendable durante el embarazo, aunque normalmente se desconoce en qué perjudica realmente o qué consecuencias negativas puede tener. Además también se ignora en ocasiones que no sólo el café contiene esta sustancia, ya que, también está presente en el té e incluso en algunos medicamentos.
De este modo, según se ha demostrado en estudios y también lo afirman los especialistas, las mujeres que, durante el periodo de gestación, toman, especialmente en gran cantidad, cafeína corren mayor riesgo de sufrir abortos espontáneos, partos prematuros, así como problemas en el crecimiento del pequeño o en su aumento de peso. Y es que, al parecer la cafeína no encuentra dificultad para atravesar la placenta y por ello, puede influir en el desarrollo celular del feto e incluso provocar algún tipo de anormalidad en su formación.
Según los expertos, el problema es que la cafeína tarda más tiempo en disolverse en el cuerpo de la embarazada, con las consecuencias que esto puede traer. De hecho, según indican los datos, si lo habitual es que se liberte en cuatro o seis horas, en el cuerpo de la futura mamá puede tardar hasta dieciocho horas, parece increíble.
Sin embargo, siempre existen unos límites o cantidades recomendadas y, en este caso, también.De este modo, una embarazada puede tomar como máximo 300 mg diarios, aunque si normalmente sueles tomar cafeína, cuando te quedes embarazada lo mejor será que acudas a tu especialista para que te diga si, en tu caso, hay alguna particularidad o algo más concreto por lo que no debas ni siquiera alcanzar esa cantidad.
Asimismo, durante el periodo de lactancia, también se debe controlar el uso de la cafeína, ya que, cuando le des el pecho al pequeño, puede que también él acabe ingiriéndola.
Por ello, si eres de las que tomas cafeína con frecuencia y no sabes qué hacer durante el embarazo para sustituirla, la solución será apostar por infusiones de algunas hierbas como la manzanilla, la menta o la tila. 
Es importante que te conciencies de que ya no sólo tienes que pensar en ti, sino también en tu pequeño. Por ello, será importante buscar alternativas para no perjudicar ni al pequeño ni a ti.
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